NO A LA GUERRA! SI A LA VIDA!

“NO A LA GUERRA”! Pero la guerra no siempre se puede evitar. Es una falla básica de la humanidad. Las leyes internacionales, el diálogo honesto, la solidaridad entre los países, la práctica de una diplomacia noble: son los métodos dignos y honorables para solucionar los problemas entre países o individuos. Lo digo pensando en aquellos quienes hasta hoy confían que sus armas nucleares solucionen sus conflictos—mientras que tienen a nuestros hermanos y hermanas presos como rehenes.

“SI A LA VIDA”! Respeten la propia vida y la vida en general: todo empieza aquí, pues el derecho más primordial del ser humano es el derecho a vivir.

A continuación, está EL RESPETO A LAS LEYES. La vida en una sociedad, sobretodo la vida internacional—impone reglas que son comunes e intocables. Su objetivo es la garantía de la seguridad y de la libertad de cada ciudadano y de cada país o estado. Estas reglas constituyen también la base para la estabilidad nacional e internacional.

“NO A LA MUERTE!” Significa “no” a todo lo que ataca a la incomparable dignidad de cada ser humano.

Finalmente, está LA OBLIGACION A LA SOLIDARIDAD. En un mundo donde existe un exceso de informaciones, pero en el que, paradójicamente, el entendimiento mutuo es difícil; en un mundo en el que las condiciones de vida son escandalosamente desiguales—es importante que usemos todas nuestras fuerzas para asegurar que todos seamos responsables por el desarrollo y la felicidad de todos.

El discurso de Su Santidad, el Papa Juan Pablo II

al Cuerpo Diplomático, 13 de enero, 2003 ***