«Es muy importante que no se trate en términos incidentales un mal tan extremo como el genocidio, el asesinato en masa, nunca ni en ninguna parte surge por sí mismo», afirma el Dr. Piotr M. A. Cywiński, el director del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau. El 27 de enero se conmemora el 78 aniversario de la liberación del campo de concentración y exterminio nazi alemán donde perecieron 1,1 millones de personas.
El tema central del 78º aniversario será el proceso de planificación, creación y expansión del sistema de deshumanización y genocidio en Auschwitz, descrito con especial fuerza en palabras de un superviviente, Marian Turski: «Auschwitz no cayó del cielo». «Queremos subrayar que fue un proceso de planificación y desarrolo muy complejo, los equipos se reunían, pensaban, cambiaban sin parar, todo dentro del desarrollo del campo», señala el director del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau. Como añade, al tratarse de un proceso, era posible «poner trabas» a medida que se desarrollaban las cosas, pero no se logró hacer.
«Hoy vivimos en un mundo en el que observamos, es difícil no admitirlo, procesos análogos -destructivos, asesinos, deshumanizadores, al otro lado de la frontera oriental de Polonia. Cómo nos comportaremos nosotros mismos ante el mal que vemos allí y ante el mal que vemos en otros lugares: diversas formas de xenofobia, antisemitismo, racismo», subraya el Dr. Piotr M. A. Cywiński.
El director del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau dice sin rodeos que palabras como Mariupol o Bucza sonarán en el futuro igual que Zamojszczyzna, Ponary o Katyń. «Este mundo no ha cambiado realmente, sólo es cuestión de si seremos capaces de poner trabos en la máquina del mal de la manera correcta y lo más rápidamente posible», señala nuestro interlocutor, apuntando al contexto contemporáneo de la guerra en Ucrania. Según el Dr. Cywinski, si el mundo hubiera reaccionado con decisión frente al agresor en 2014, tras la primera invasión rusa en Ucrania, quizá hoy no estaríamos presenciando esta guerra.
Al mismo tiempo, el historiador señala que el ejemplo de un año de drama bélico demuestra, sin embargo, que el mundo moderno también es capaz de cosas bellas. En este contexto, el director del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau cita la actitud sin precedentes de los polacos y su acogida de los refugiados ucranianos, a menudo en sus propias casas.
El Dr. Piotr M. A. Cywiński también comparte sus reflexiones sobre conversaciones con antiguos prisioneros de Auschwitz. Recientemente, ha observado y descubierto especialmente, como él mismo admite, la creencia compartida de los Supervivientes de que Auschwitz era realmente un mundo diferente. «Un mundo que se guiaba por un tiempo diferente, un espacio diferente, unas condiciones de identidad humana diferentes, una vida diferente, una muerte diferente, creo que es algo que no ha resonado lo suficiente a lo largo de todas estas décadas», valora el director del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau.
Cuando se le pregunta cuál considera que es la victoria de los Supervivientes, el Dr. Piotr M. A. Cywiński responde que para algunos de ellos es la capacidad de hablar sobre la experiencia de Auschwitz. «No es que todos hablaran, algunos no afrontaron el trauma, lo rechazaron, no volvieron a ello. Pero respecto a los que volvieron a los recuerdos y hablaban, me parece que ésa es su mayor victoria, porque una persona postraumática suele tener la tentación de rechazar, de callar, de olvidar, de no pensar más en ello. Hoy estaríamos en una situación civilizatoria completamente distinta si no nos lo hubieran contado», subraya.
Al reflexionar sobre el significado de Auschwitz, el director del Museo también llama la atención sobre la cuestión del progreso y la modernidad, que, según explica, estaban presentes en todo el campo. Señala el papel del transporte ferroviario, entonces uno de los medios de transporte más modernos, así como la electrificación del campo, que era muy desarrollada, también una cuestión que no era obvia en los años cuarenta. «El campo era el resultado del progreso, de una cierta modernidad, lo que demuestra que la modernidad, en cualquiera de sus formas, puede aprovecharse para cosas buenas o para cosas malas. La modernidad es una forma determinada y no exactamente un contenido, y como cualquier instrumento, dispositivo, forma, puede utilizarse de dos formas», afirma el doctor Piotr Cywiński.
El director del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau anuncia que este año las conmemoraciones del aniversario de la liberación del campo, como en años anteriores, se centrarán en la presencia de Supervivientes. Se esperan los discursos de dos antiguos presos, mientras que no habrá discursos de políticos. Como señala el director del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau, la revisión de los planos se vio obligada por el contexto bélico. Esta cuestión también influyó en el hecho de que las invitaciones a las conmemoraciones del aniversario no se enviarán a todas las embajadas. Tras la ceremonia en el llamado edificio Sauna, los participantes en la conmemoración caminarán para depositar velas ante las ruinas de las cámaras de gas y el crematorio nº 4, y no, como en años anteriores, ante el Monumento Internacional a las Víctimas del Campo.
El campo de Auschwitz fue creado por los alemanes a mediados de 1940. En sus casi cinco años de existencia, los historiadores calculan que perecieron en Auschwitz entre 1 y 1,5 millones de personas. Entre ellos, la mayoría, unos 1-1,35 millones, eran judíos. El segundo grupo más numeroso eran los polacos, unos 70-75 mil. El 27 de enero de 1945, los soldados del Ejército Rojo liberaron a más de 7.000 prisioneros de Auschwitz-Birkenau, extremadamente exhaustos, entre ellos medio millar de niños. En conmemoración de este acontecimiento, el 27 de enero se celebra el Día Internacional en Memoria de las Víctimas de Holocausto, adoptado por la ONU en 2005.
Centro de Heschel de la Universidad Católica de Lublin