Cuando alguien miraba desde la Plaza de San Pedro al Palacio Apostólico, podía divisar en el tercer piso, en la esquina derecha, el dormitorio del Santo Padre. Luego, su secretaria con la famosa ventana en la cual El se asomaba durante el Ángel del Señor, y al final, el cuarto nuestro (de los secretarios). Las puertas entre nuestras oficinas y la secretaria del papa estaban siempre abiertas. Las entre-cerrábamos solamente cuando el Santo Padre estaba ocupado preparando Sus sermones y discursos. No queríamos que los teléfonos Le interrumpiesen el trabajo.
–-Que le asombró más que nada, Padre?
–La personalidad de Juan Pablo II. Yo sabía que era inteligente y bondadoso. Pero de cerca me emocionó Su grandeza y Su santidad. Vi en El un hombre completamente dedicado a Dios. Vi que todo lo que hacía lo ofrecía a Dios. Dios siempre estuvo para El en el primer lugar, y pasaba cada momento libre rezando.
–Estuvo Ud. sorprendido? Es normal que el Papa rece.
–Es verdad, pero tengo que decir que nunca conocí a otra persona que rece tanto!
Con el permiso del Padre Arzobispo Mieczyslaw Mokrzycki.
“El Secretario de dos Papas”—conversaciones con el Padre Arzobispo M. Mokrzycki
La Prensa Literaria.
