El ejercicio del servicio apostólico del Papa exigía un continuo discernimiento espiritual, sobretodo en asuntos difíciles. El ejemplo típico fueron las apariciones que ocurrieron dese 1981 en Medjugorje, un pequeño pueblo en Bosnia. Juan Pablo II convocó a una comisión y refirió el asunto a la Congregación del Estudio de la Fe—quedándose en continuo contacto con el episcopado de Bosnia y Herzegovina.
Penetrándose en lo profundo de estos acontecimientos, el Santo Padre se quedó impresionado por el espíritu de la oración, de la penitencia, y de la conversión de las personas que habían ido en peregrinación a la Santísima Virgen Maria de la Paz en Medjugorje. Sin embargo siempre mantuvo una distancia razonable, y no recibía en audiencia a las personas “videntes”.
Con el permiso del Padre Cardenal Estanislao Dziwisz—“Al Lado del Santo”
Publicación de San Estanislao BM. Cracovia 2013.