Los fuegos artificiales iluminaron el cielo del Vaticano

Durante la época del Arzobispo Mokrzycki, el Vaticano recibía el año nuevo entre medio de un grupo grande de personas—con miles de personas en la Plaza San Pedro.

El día 31de diciembre de 1999, o sea en la vigilia del año 2000—el umbral del tercer milenio—se calcula que los fieles en dicha plaza sobrepasaron ciento cincuenta mil, en su mayoría representados por la juventud. Nos contó el Arzobispo Mokrzycki, que exactamente a la medianoche el Santo Padre Juan Pablo II se apareció en la ventana del Vaticano y dijo: “En la cara del reloj de la historia ha sonado una hora sumamente importante—en este momento comienza el Año del Gran Jubileo”.

Al instante, los fuegos artificiales (cohetes) iluminaron el cielo del Vaticano y ensordecieron a las palabras del Santo Padre, pero que El continuó: “Les deseo un buen año nuevo a todos los hombres y mujeres del mundo”. Luego agregó que quisiera tocar la puerta de la casa de cada uno de nosotros y darnos personalmente la bienvenida al nuevo año. Y que la Luz de Belén iluminara a nuestra vida diaria. Y nos deseó esa Luz, paz, y felicidad. Terminó diciendo: “Estén seguros que Dios los ama”.

Nos dijo el Arzobispo Mokrzycki que el Santo Padre nos habló así para que nadie entre nosotros se sintiese solo. Para que nadie se olvidara del amor incondicional de Dios. Y que luego de Sus palabras, el Santo Padre dio la bendición y se quedó un rato contemplando el cielo iluminado. Mucho Le gustaban los fuegos artificiales. Y seguramente estuvo contento que esas muchedumbres habían venido a la Plaza San Pedro para pasar el año nuevo con El—y con Cristo.

Luego de esos gratos momentos”, continuó el Arzobispo, “volvimos a la casa (el Vaticano). Y, como todos los años hasta entonces, seguimos con la Santa Misa para los habitantes. Luego de la Misa, el Santo Padre se retiró a sus habitaciones, y nosotros empezamos a las celebraciones con champagne y augurios”.

Con permiso del Arzobispo Mieczyslaw Mokrzycki—“El lugar para todos”

Publicación  Znak, Cracovia 2013.