Lo Tenia al Alcance de Su Vista

Juan Pablo II no juzgaba ni amenazaba, pero decía lo que era bueno y lo que era malo.

Con mucha emoción esperamos el nacimiento de nuestro Redentor. Tanto en las casas como en las calles solo se habla de la Navidad”, dijo una vez el Papa. “Las luces, los adornos, y los regalos crean una atmosfera de Navidad, pero son solo preparaciones externas. Y aunque son características de la ocasión, no deben desviar nuestra atención del extraordinario acontecimiento que es el nacimiento de Jesús—el don inapreciable que el Padre nos dio a la humanidad”. Es el magnífico don que recibimos al pie del árbol de Navidad para el resto de nuestras vidas.

Es evidente que el pesebre estaba en los pensamientos de Juan Pablo II cada día—mucho antes del Adviento y mucho después. Encima de Su escritorio en Su oficina se hallaba un impresionante.pesebre. Era imposible no verlo, porque cada vez que El escribía algo lo tenía al alcance de Su vista. Era imposible que no pensara en el. Sus palabras adquieren un nuevo significado cuando nos dice que es imprescindible que entendamos que, “toda nuestra vida es un Adviento y una espera vigilante”. Y que, “en los corazones de los cristianos, cada día es Navidad”. En el corazón de Él estaba el nacimiento de Jesús por seguro.

Con el permiso del Padre Arzobispo Mieczyslaw Mokrzycki—“Hay un lugar para todos”.

Publicación Znak, Cracovia 2013.