Hasta hoy existe la casa a donde el Papa paraba

El Papa Juan Pablo II tenía pasión por las montañas y viajó varias veces a la Colina Aosta. La primera vez que llegó allí fue en 1986 durante su primera visita oficial al noroeste de Italia. Tres años más tarde volvió para pasar allí Sus vacaciones. Por dos semanas participó en caminatas por las montañas, rezando al aire libre, y descansando antes de Su tradicional época de verano en Castel Gandolfo.

Fue allí—a la Colina Aosta, al pueblo pintoresco de Les Combes (adyacente al Parque Nacional Gran Paradiso)—a donde el Santo Padre se dirigía más tarde, cada mes de julio, quizás por diez años consecutivos. Junto con nosotros iban Sus fieles guardas personales. En Les Combes todavía está la casa a donde El se alojaba—allí fue a donde pasó Sus últimas vacaciones.

Magdalena Wolinska-Riedi “Pasó en el Vaticano” (página 177)

Publicación  Znak, Cracovia 2020