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Sabia predecir el futuro como un prorrogo

Esa noche en Asís, JP II estuvo muy feliz. Recuerdo cuando me dijo: “Que este fue un día esplendoroso. Nunca ha sucedido antes que se reunieran los representantes de todas las grandes religiones para rogarle a Dios juntos por la paz del mundo. También, aunque por un día las armas callaron sus descargas!”. Recuerdo también que muchos de los presentes expresaron su agradecimiento, porque dijeron que sin Él, y sin Su valor, esa reunión espiritual no se hubiese realizado.

Esta vez el Santo Padre también tuvo la razón. Pudo predecir el futuro como un prorrogo. Nosotros, la Iglesia—en su sentido amplio—no siempre éramos capaces de seguirle.

Debemos agradecer a Benedicto XVI quien Lo entendió y siempre permaneció muy cercano a Él. Tomo esta oportunidad para negar lo que algunas personas sugirieron y siguen sugiriendo—que el Cardenal Ratzinger fue contrario a la idea de Asís. No es verdad! Es mentira!

La reunión en Asís fue un nuevo comienzo. Gracias al “espíritu de Asís”—el que se diseminó por la actuación de la Comunidad de San Gil —se cementó la cooperación de varias religiones para traer la paz, y al mismo tiempo rechazar toda clase de sectarismo y del uso de la fuerza. La intervención de los judíos, cristianos, y musulmanes se transformó en un deseo de traer a la Tierra “justicia, paz, perdón, vida, y amor”.

El solo hecho de proclamar esa intención delante de Dios y de los hombres fue un signo de una esperanza duradera.

Con el permiso del Padre Cardenal Estanislao Dziwisz—“el Testimonio”.

Publicación TBA, comunicación del market. Varsovia 2007.