“Regem venturum Dominum, venite, adoremus”
“Venid, adoremos al Rey, al Señor que ha de venir”.
Cuántas veces hemos repetido estas palabras
durante el tiempo de Adviento,
haciéndonos eco de la esperanza de toda la humanidad.
Proyectado hacia el futuro desde sus más remotos orígenes,
el hombre busca a Dios, plenitud de la vida. Desde siempre
invoca un Salvador que lo libre del mal y de la muerte,
que colme su necesidad innata de felicidad.
Juan Pablo II, Ubi et Orbi 1998